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Tecnología Social vs ¿Desarrollo Social?

Durante la semana, se dio a conocer un proyecto científico implementado por investigadores del Tecnológico de Virgina, el cual, pretende convertir todo tipo de vegetación y desperdicio agrícola en alimento, la finalidad es terminar con la hambruna que se vive mundialmente.
 

Dicho proyecto se realizará por medio de un proceso natural que proporcionará del 20% al 40% de calorías al ser humano. Esto es, quizá, uno de los avances más esperados en el área biotecnológica y social.
Este descubrimiento, que se realiza por medio del almidón de las plantas, favorecerá la salud humana al reducir los índices de obesidad y diabetes, enfermedades que ponen en primer y segundo lugar a México como sus portadores.
Por otra parte, tan sólo en un país como el nuestro, las pretensiones son otras: terminar con el hambre a base de más pobreza. Esto lo decimos debido a que Sedesol y su personal, liderado por Rosario Robles, han creado un programa de “renombre”, conocido como Cruzada Contra el Hambre.
En este presente, se dan apoyos alimentarios a familias de

escasos recursos, madres solteras, niños y personas de la tercera edad, basadas en efectivo y que se dividen en tres categorías, tales como Apoyo Alimentario, que consta de 310 pesos por familia; Alimentario Complementario, con un valor de 130 pesos por familia; e infantil, con 115 por infante. Otro tipo de apoyo se otorga por medio de despensas que funcionan a través del programa gubernamental “Oportunidades”.

Las pobres mensualidades que el gobierno mexicano otorga a los sectores menos favorecido, podrían invertirse en proyectos como el del Tecnológico de Virgina, pues se presume que no se requieren de grandes presupuestos para desarrollarlo.
Lo anterior hace ver al Plan Nacional de Desarrollo, puesto en marcha en la era Peña Nieto, como una acción obsoleta, receta del siglo pasado y que ahora pone al descubierto a México como uno de los países que invierte lo mínimo en cuestiones de tecnología sustentable y lo “máximo”, con bombo y platillo, en programas que no dejan de enriquecer a quienes son proveedores del estado mexicano para llevar beneficios de bajo impacto social y alto nivel mediático.

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