top of page

El costo de la pirotecnia.

Por LIBERTAD.

En este oficio no se discute sobre el ser mujer o ser hombre, aquí el trabajo es para ambos. Las tiernas manos de los aprendices y las envejecidas manos de los expertos  se mezclan con pólvora, papel y mechas, así como sus predecesores lo hicieron. No cabe duda que en el oficio pirotécnico se involucran los motivos religiosos, el sustento de familias enteras, tradiciones y la verbena de un pueblo entero. Sin embargo; el costo de denominar a Tultepec como la Capital de la Pirotecnia, ha conllevado a crear tragedias, debido a la clandestinidad e incidentes de lugares donde se labora con materiales delicados, de los que si no se trabaja con precaución podrían causar catástrofes en las que personas y familias completas pierden la vida.

El municipio de Tultepec, ubicado en el Estado de México, es considerado como la Capital de la Pirotecnia debido a que desde hace más de un siglo de antigüedad ha dado empleo a los habitantes, además de que se les han otorgado reconocimientos importantes al participar en eventos nacionales e internacionales.
La hechura de estas artesanías se llevan a cabo de generación en generación, niños de apenas ocho años se ven envueltos en este negocio, debido a la necesidad económica y a la herencia del oficio, por parte de su familia.
Para la familia de quien se omiten los nombres, esta práctica la comenzó el señor M. R., quien lleva más de setenta años de experiencia en la fabricación y venta del cohete y fue el primero en su familia en dedicarse a este negocio, por lo cual es la base del sustento.

Sin embargo, ha habido explosiones tanto en cuarteles llamados “polvorines”, donde se dedican a la fabricación del cohete y en el propio mercado de San Pablito, (antes tianguis) especializado en la venta de estos mismos.
Comenta A. R. que la explosión más grande ocurrió el día 14 de octubre de 1998 en el barrio de San Rafael, donde dos cuadras de la manzana fueron deshechas por la magnitud de la detonación. Como consecuencia, hubo alrededor de 10 muertos, 51 lesionados y 15 desaparecidos, mientras que una capilla ubicada en ese lugar “quedó intacta”, indicó.
Posteriormente ocurrieron dos explosiones más, una la tarde de el 16 de septiembre del 2005, en el tianguis pirotécnico San Pablito, donde hubo más de 50 personas heridas y un número de muertos del que no se tiene registro, de los cuales, en su mayoría eran familias que visitaban el lugar, y la otra explosión se presentó la noche de el 13 de septiembre del año 2006.

La causa de las explosiones tanto del tianguis como de los cuarteles donde se fabrica la pólvora ha sido por descuidos, ya que es muy peligroso tratar con este tipo de material, comenzando por los componentes y cantidades con la que se fabrican como es el caso de la pólvora e igualmente la delicadeza del material con las que está hecha la mecha para detonarlos.
“El estallido del material explosivo, como los manejados en el tianguis (lugar donde sólo se conserva el producto ya armado) dura de cinco a diez minutos y si en el primer minuto no se controla, éste se desencadena y termina en una completa desgracia”, puntualizó A. R.
A partir de las explosiones ocurridas, se llegó al acuerdo de cambiar los puestos de tubos y lonas por locales que miden 4x4 m, construidos con tabicón y que mantienen la distancia  de unos con otros, esto para prevenir nuevos accidentes, además de modificar el permiso de tener cuatro  vitrinas por local, cuando antes sólo se poseían dos.
Parte del reglamento, indica que alguien no permisionario puede portar máximo 10 kg. de pólvora, estamos hablando;por ejemplo, de que un paquete del cohete comúnmente conocido como R15, contiene 100 piezas y esto equivale a 100 gr. de pólvora; es decir, es impresionante la cantidad en especie de producto.
Por otro lado, dentro del reglamento y sus condiciones, se informa que cada local tiene capacidad de 30 a 40 kg. de pólvora, no bruta, sino en el producto.

Los tipos de permisos que otorga Sedena en cuestión de Artificios Pirotécnicos son los siguientes:
1. Permiso general para la compra, almacenamiento y consumo de sustancias químicas para la fabricación, almacenamiento y venta de artificios pirotécnicos.
2. Permiso general o extraordinario para la compra, almacenamiento, venta y/o consumo de artificios pirotécnicos.
3. Permiso Extraordinario para la Importación y Exportación de Material Explosivo, Artificios Pirotécnicos y/o Sustancias Químicas (Artificios Pirotécnicos).
4. Reconocimiento del representante o apoderado legal, así como cambio del mismo, designado por el titular del permiso general (Artificios Pirotécnicos).
5. Cancelación de un Permiso General para uso de Explosivos (Artificios Pirotécnicos).
6. Levantamiento de Suspensión de un Permiso General por Solicitud del Interesado (Artificios Pirotécnicos).

La pérdida económica por local en el año 2005 fue desde $80,000 hasta $150,000, mientras que en el 2006, la perdida por local causo pérdidas aproximadamente de $50,000, siendo que existen 300 puestos dentro del tianguis.

Los precios de los permisos otorgados por la Secretaría de la Defensa Nacional, van desde $1,638.00 hasta $11,305.00, y algunos otros trámites son gratuitos. Mientras que los días máximos para su resolución son de 20 días hábiles a 35 días hábiles.
Dentro de la clasificación de este material, se encuentran los siguientes:
• Cohete de luz, que son aquellos artefactos que su estallido es mínimo y liberan lumbre.
• Cohete de trueno, donde la intensidad de estallido depende de la cantidad de pólvora que contenga.

Como parte de la tradición, la feria más representativa de los pirotécnicos, se conmemora el día 8 de marzo y es dedicada a San Juan de Dios, ya que lo consideran patrón de los pirotécnicos. Su duración es de una semana, en la cual se organizan concursos de castillos, toritos que tienen una altura mínima de dos metros y hasta hace siete años se añadieron los piromusicales. Sin embargo; lo que es sustento y tradición de muchas familias, para algunos colonos la producción de estos artefactos es peligrosa e innecesaria y están en contra de los permisos que otorgan tanto al mercado como a los polvorines, como lo manifiestan algunos pobladores.

 

Lo que no se puede negar es la maravillosidad con la que los cohetes iluminan el cielo, no obstante; sería de gran importancia reconocer a los artesanos en pirotecnia, haciendo de su oficio una profesión en términos educativos, en términos de física y química aplicada. Así se podría crear una responsabilidad  social por el bien de la comunidad.

bottom of page