top of page

La tragedia de Xalostoc desde la mirada  de un sobreviviente.

“Mi única reacción fue ayudar a sacar a la gente” dice Alejandro Morales, conductor de transporte público de la Ruta 30.
Con la mirada de asombro, uno de los sobrevivientes de la trágica escena  que llenó de luto a los mexiquenses, cuenta para ENTER su experiencia.

Cada mañana, menciona, se levanta para dirigirse a la base de Alborada, donde inicia una jornada de trabajo  que consta en transportar a la fuerza laboral de la zona Oriente del estado. Su oficio como conductor del transporte público inicia hace 18 años; sin tener un accidente, jamás pensó en el fatídico 7 de mayo  como un día que ha marcado su vida.
¡No piensas, yo creo que si lo pienso, no regreso, o quién sabe!, nos platicó, al preguntarle sobre ¿Qué era lo que pasaba en esos momentos por su cabeza?, cuando regresaba al vehículo con las llamas a los alrededores a ayudar a los demás pasajeros.
Papá de tres varones, uno de 2 meses, los otros de  10 y 11 años respectivamente; una esposa que mantener, Alejandro Morales Rodríguez, se dirigía como un día común a la Ruta 30 de Alborada, levantándose a diario a las 4:00 de la mañana para luego estar ahí a las 4:10.
A las 5:00 de la mañana, ya iban rumbo a Indios Verdes con un lleno total de 16 pasajeros, que es el cupo de la camioneta Urvan que él maneja, más un pasajero al frente, quien comenta que ya es conocido de vista por parte de él y sus compañeros de base.
Conforme el trascurso del viaje, el chofer del transporte, se situó atrás de la pipa que posteriormente ocasionaría tan fatal accidente, él nos narra cómo es que sucedieron los hechos:

“Bueno, yo iba en el tercer carril, la autopista es de cuatro, yo iba en el tercero, y  atrás de un tráiler, (en este caso, de la pipa), ahí íbamos. Ya ahí yo llevaba cierto tramo recorrido atrás de él, porque nosotros vamos un poquito rápido y los camiones van más lento, pero él sí iba más rápido; no había necesidad de rebasarlo, porque iba rápido, digo, lo vi normal en su momento, pero ya hasta que pasó, vimos que sí iba a exceso de velocidad para un camión de esas dimensiones. Después, él hace un movimiento brusco, así saliéndose al otro carril de la derecha e inmediatamente se regresa. Eso fue lo que propinó que de atrás se empezara a colear poquito, pero muy leve, por lo cual, empiezo a frenar y ya cuando comienza a hacer juego, pero más y más, me paro en su totalidad, hasta que se acuesta de la parte de atrás, o sea lo que le llaman la salchicha de atrás, se acuesta y has de cuenta que se va así, de lado. Entonces, por lógica, la otra salchicha y la cabina se van atrás, como si las jalara, lo malo es que la primera así como chocó, luego luego, explotó”, explicó.
Llevando una velocidad regular de 80 km/h y una distancia de 10 metros, es lo que ayuda a Alejandro notar, que la pipa en cualquier momento iba a voltearse o descarrilarse. Por ello, decide bajar la velocidad, tomar precaución y guardar distancia para evitar un accidente.

Siendo las 5:20 am, es cuando se suscita el percance. Al momento de la explosión, quedamos como a 50 metros atrás de la pipa, nos comenta.
De una manera impresionante,  los “sorprende” la lumbre. Lo que sirvió para protegerles, fue el parabrisas, que es el que aguanta el primer flamazo, en palabras del conductor de la Urvan. La gente de desesperación empieza a gritar que se está quemando, por lo cual, le dicen al señor de atrás, ¡abre, abre! Al percatarse de que el pasajero no abre la puerta, el chofer baja para abrir, sin embargo; es alcanzado por la onda expansiva, ocasionándole una quemadura en la parte derecha del rostro.  La misma lumbre tan intensa me aleja de la combi y me voy corriendo, cuando se me empiezan a quemar los tobillos junto con mis orejas y, pues por lógica meto las manos y éstas se me queman, agregó.
Nos asegura que fue un momento de confusión por la misma intensidad del fuego, el conductor llegó a creer que la camioneta había explotado
.

Parte uno.

Por E N T E R.

bottom of page