Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre…
Es el viaje de Telémaco en busca de Ulises el mismo de Juan Preciado en busca de Pedro Páramo, quien es conducido por un arriero para llegar a Comala, este arriero sin duda toma el papel de Caronte en la mitología griega. Al final, Telémaco y Preciado descienden al inframundo en busca de sus propios intereses.
Llegando a Comala empieza el realismo mágico, los personajes son fantasmas, otroras habitantes del pueblo de Comala. Valiéndose de esta incertidumbre es cuando Rulfo mano-sea el cronotopo presentado en la diégesis; saltando como un bichito de un lugar a otro de la historia, haciendo a Pedro Páramo una novela metadiegetica por excelencia, tal como sostuvimos al principio.
Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo […] No dejes de ir a visitarlo –me recomendó¬–. Se llama de este modo y de este otro. Así inicia Pedro Páramo, novela metadiegetica de Juan Rulfo.
Para poder entender cualquier obra literaria es necesario –en la mayoría de los casos– abordar los aspectos intra y extratextuales de la misma, comenzaremos develando un poco acerca de su estructura:
Según Gerard Génette, en Las fronteras del relato, la descripción en la diégesis tiene dos propósitos, uno, el de la mera ornamentación, y otro el que juega un papel simbólico; no pretendemos analizar la diégesis con base en la narratología, sin embargo, siempre es im-portante poseer cierto bagaje cultural.
La descripción en Pedro Páramo resulta tomar ambos papeles, sobre todo con la voz de Doña Doloritas, madre de Juan Preciado, la descripción es ornamental y llega a tener pre-tenciones poéticas bien logradas, pero la descripción es más bien simbólica pues es la voz de Doña Doloritas quien conduce a Preciado por Comala.
Resulta interesante cómo escribía Rulfo, bien decía que él no tenía imaginación y sólo escribía las historias que su tío Celerino le contaba pues Rulfo era un oficinista y carecía de imaginación. Pedro Páramo es una novela vanguardista y bastante bien lograda, una lectura obligada para todas las personas.
Por Juan Pablo Vázquez.